Nuestro nombre es en honor al Barón Pierre de Coubertin, quien con su filosofía de vida nos inspiró a continuar con su legado: doctrina educativa – deportiva y en la formación del carácter en los niñ@s y adolescentes que se forman en esta institución.
Historiador y pedagogo francés que creó los Juegos Olímpicos de la era moderna (París 1863 – Ginebra 1937). Tras cursar estudios en un colegio de jesuitas y en la facultad de ciencias políticas de París, no quiso seguir la carrera militar o religiosa que sus padres le habían destinado.
Influenciado por Tocqueville Taine y Le Play, pensó que el Reino Unido podía ofrecer un modelo de reforma educativa: la escuela pública de rugby, que visitó en 1883, le dio el modelo que estaba buscando.
Siguiendo las ideas de Tocqueville, postuló por una educación selectiva como el único medio para lograr líderes para la democracia liberal, insistiendo en que los deportes y el ejercicio físico tenían un papel primordial en la formación del carácter.
Su doble dedicación le hizo concebir la idea de restaurar los Juegos Olímpicos que se celebraban en la Antigua Grecia, para fomentar el deporte a escala mundial con fines educativos.
Con estos certámenes, limitados a deportistas aficionados, pretendía impulsar las relaciones pacíficas y constructivas entre naciones, fomentando un espíritu de superación personal, juego limpio y sana competencia (el espíritu olímpico).
En 1888 proclamó en la Universidad de la Sorbona la restauración de los Juegos Olímpicos, cuya primera edición moderna se celebraría en 1896 en Atenas, para enlazar simbólicamente con las raíces griegas.
Creó el Comité Olímpico Internacional, del que fue el segundo presidente (1906) tras ceder una primera presidencia honorífica a un griego. Pierre Coubertin reglamentó los juegos y los presidió, la organización de las Olimpiadas de París (1900) San Luis (1904), Londres (1908) y Estocolmo (1912).
Coincidiendo con el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914), que interrumpió la celebración de los Juegos cada cuatro años, diseñó la bandera olímpica con los cinco aros enlazados (símbolo de la fraternidad entre los cinco continentes). En 1925 dimitió, al haberse arruinado donando toda su fortuna al movimiento olímpico y no poder seguir apoyando financieramente.
Este es el Barón Pierre de Coubertin quien con su filosofía de vida a inspirado a nuestra institución a llevar su nombre, con el fin de continuar con su legado y doctrina educativa – deportiva y de formación del carácter en los niñ@s que estudian en esta institución.